Al borde,

ramas que me arrojan al vacío,

hacia el no-descanso.

El oso está frente a mi puerta,

desea comerme 

y yo me lanzo a sus brazos

como si supiera nadar,

como si la meta consistiera en morir intentándolo.

De pronto me encuentro en la cuna,

de pronto sigo cubierta

y no tengo frío,

todo es tan claro azul,

todo luz,

sol creciendo

y no tengo miedo.

El sombrero me dice que ya es hoy,

el sombrero me dice que ayer fue solo un sueño.

Canta el gallo y debo despertar.

-N.

|08/08/2021|

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