El uso de los eufemismos para mejorar el trato humano
Escrito por: Nicole Mateo
Fecha: 30/10/2021
—«No es lo que dices, es cómo lo dices» , frase que nunca falta en cualquier diálogo. No falta en nuestras casas, tampoco en la escuela, en el colegio, en la universidad, en un evento público protocolar, ni mucho menos en el trabajo. En fin, es una frase que «lo soporta todo», pues como buena dominicana[1], «eso da pa’ to» y aguanta todos los contextos.
Es lo que hacen los eufemismos, nos ayudan a sustituir palabras por otras que son sus equivalentes, pero que «suenan mejor», de manera que, podamos suavizar las expresiones que utilizamos cotidianamente, porque es preferible parecer prudente, que adoptar actitudes irreverentes y poco empáticas hacia los otros. Después de todo, «la mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo».
Precisamente, por eso es que algunas personas dicen que conviene guardar las formas y mantener el decoro, pues esto prolongaría las buenas relaciones con los demás y en consecuencia coadyuvaría a una convivencia mucho más pacífica en una sociedad que por todo y nada se agita…
A su vez, estos podrían contribuir a reducir los comunes malentendidos que se generan en algunas conversaciones, debido a que ciertas personas no suelen ser muy cuidadosas al expresarse, por ende, al no evitar decir las cosas de una manera muy drástica, se generan conflictos, por eso pienso que siempre queda tiempo para decir las cosas mejor de cómo las pensamos…
Cabe destacar que, al hablar sobre los eufemismos como instrumentos para mejorar el trato humano, yo no planteo que no se deban utilizar palabras de cortesía (que no son necesariamente la misma cosa), lo que considero es que no debemos dejar de ser amenos, cálidos y cercanos con los demás, algo que dice mucho de nuestro nivel de educación y de nuestra calidad humana.
Admitámoslo, a muchos no nos gusta ser totalmente directos ni radicales, pues conocemos sus consecuencias en el paso del tiempo, así pues, es recomendable bajarle el volumen a la voz, incluso frente a la crítica (de lo contrario seremos desterrados y cancelados por una sociedad que no perdona a los irreverentes faltos de compasión)…
En consecuencia, los eufemismos tienen un poderoso efecto cognitivo, pues (para bien o para mal) impactan a nuestra memoria. De igual forma, los eufemismos tienen importantísimas funciones sociales y también estéticas, las sociales se pueden sintetizar (mas no limitar en las siguientes): ser cortés o respetuoso; elevar la dignidad de la profesión u ocupación de una persona; utilizar palabras «más cultas» o «refinadas»; dignificar a una persona que sufre una enfermedad, minusvalía o situación penosa; ser «políticamente correcto» (equivalente a parecer cortés)[2]; permitir manipular los objetos a través de conceptos ideológicos; evitar agravios étnicos o sexuales; evitar alarmar a la sociedad cuando se habla sobre enfermedades, situaciones catastróficas o sobre la muerte, entre otras.[3] Un ejemplo muy usual de un eufemismo es la palabra «talento humano», que en ocasiones se emplea para sustituir la expresión «recursos humanos» o simplemente «reclutamiento de personal».
[1] No digo que esta frase sea esencialmente dominicana, pero debemos reconocer que es bastante usada en la República Dominicana.
[2] Se ha hablado mucho sobre lo que implica ser “políticamente correcto”, pero, en síntesis, implica que el hablante trate de ser cuidadoso en la manera en la que se expresa o actúa frente a los demás. Recordemos que los no “políticamente correctos” posiblemente no encajen en determinados grupos sociales que tienden a ser muy cuidadosos en sus discursos, lo que a su vez tendría efectos en distintas áreas de nuestras vidas.
[3] Si desea consultar más acerca de las funciones sociales de los eufemismos, le recomiendo verificar a CHAMIZO, Pedro, “La función social y cognitiva del eufemismo y del disfemismo”, Panace@. Vol. No. 15, 2004. Disponible en: https://www.tremedica.org/wp-content/uploads/n15_tribuna-ChamizoDominguez.pdf